Te dejé ir mucho tiempo atrás, esa misma tarde en la que removías la cucharilla en la taza de café y las palabras se escaparon para resguardarse en otro tiempo.
Es posible enamorarse un fin de semana, creer que por un momento aquella inmensidad pertenecía a la realidad, que el agua en el que viajábamos calamaría el vacío inmenso de las habitaciones impregnadas de tu aliento. Nos despedimos concientes de que era hora de regresar a lo habitual y que podíamos reconocernos sin conocernos demasiado, disimulando entre miradas inevitables que defintivamente nuestra historia jamás había existido.
Y ahora, cuando crees encontrarme nuevamente y continuar algo que jamás había empezado, me desafías sin más, invades el aire con palabras insuficientes y recreas una burda situación, una película donde desearías incluírme y de la que yo escapé muchos meses atrás.
No pensé que regresarías, menos que dirías que me amas en una noche de inconciencia absoluta y sin retorno.
La Maga | Comentarios | 1
